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La complejidad conceptual del Espacio_Tiempo supera la capacidad intuitiva humana. La racionalidad de la malla ortogonal espacial se deforma por la influencia de la gravedad y los espacios habituales comienzan a fluir en un escenario que oscila entre la geometría cistalográfica y la formalidad líquida. Introducirse en el Ávila Stellarium es penetrar en ese espacio que fluye, un espacio que dialoga entre la malla ortogonal y la fluctuación gravitatoria.

Un espacio que fluye y nada es enlaza con Heráclito para establecer una relación dialéctica con el ser es y el no ser no es formulado por Parménides para culminar en la brillante solución Aristotélica del poder ser. Una relación dialéctica que se alcanza también a través de la búsqueda del origen, del momento anterior a la propia existencia del Tiempo.

El proyecto presenta una planta ortogonal formada por una malla rectangular de 36×45 m (múltiplos de 9) orientada en el eje N_S que circunscribe un espacio circular representa la proyección de una esfera celeste de 360ᵒ sobre el plano horizontal y muestra el universo sometido a las reglas geométricas del observador terrestre. La malla rectangular deformada acerca al visitante a la comprensión del Espacio_Tiempo cosmológico. El Avila Stellarium es un espacio capaz de representar la continuidad espaciotemporal a través de sus pliegues. Unos pliegues que permiten superar los espacios planos propios de la geometría Euclidea para alcanzar los espacios esféricos con curvaturas positivas y negativas de paraboloides hiperbólicos que explican la construcción del universo desarrollada a lo largo del siglo XX hasta el momento científico actual.

Los pliegues permiten conectar el espacio interior y el espacio exterior del Avila Stellarium sin solución de continuidad mediante unos patios que dirigen la mirada del visitante hacia el N, hacia la Estrella Polar.

El primer pliegue desde la misma Sala Ursa Minor o Sala 0. Este Pliegue generado por la curvatura positiva y negativa del espacio constituye en mayor observatorio diurno y nocturno del cielo abulense, en el que se observan las cinco constelaciones (Ursa Minor, Ursa Maior, Draco, Cefeo, Casiopea y Camelopardalis), que giran permanentemente alrededor de la Estrella Polar.

El segundo pliegue desde el espacio de descanso requerido por el programa, situado entre las salas Draco, Cefeo y Casiopea, permite además de la observación similar a la anterior acceder a través de una escalera, apoyada por una plataforma salvaescaleras para personas de movilidad alternativa, a la cubierta del Ávila Stellarium. La cubierta también tiene su acceso desde el propio terreno exterior circundante debido a la cuidada situación del edificio respecto a la topografía. Se obtiene así una continuidad espacial y de tránsito peatonal del visitante.

Esta cubierta de pliegues transitable constituye un auténtico mirador que complementa a los Miradores de Ulaca, Toros de Guisando y Mesa de Miranda y es el soporte del Observatorio Amaltea de Gredos. Una cubierta que establece su conexión con el espacio exterior no solo a través de su destino funcional como mirador, sino también por su relación ambiental, a través de dos mecanismos, por un lado pasivo y por otro lado activo.

El mecanismo pasivo ambiental se corresponde con la estrategia de ventilación natural del edificio favorecida por la disposición de los pliegues que configuran los patios, que permite la circulación del aíre y la renovación controlada del mismo, así como por los ventanales orientados al N para evitar la radiación solar directa. La relación del edificio a media ladera favorece también el control climático del edificio al presentar una fachada de menor exposición al exterior, lo que favorece la estabilidad térmica a lo largo de todo el año. No obstante, es obvio que las extremas temperaturas de Ávila requieren un sistema de climatización complementario, resuelto también en el marco conceptual de los pliegues del edificio.

El mecanismo activo ambiental se corresponde con la disposición en la cubierta de placas fotovoltaicas en la superficie no transitable del perímetro exterior al “círculo celeste”. Las placas fotovoltaicas hexagonales permiten la adaptación a cualquier superficie curvada. Este mecanismo se completa por el perímetro asociado a los miradores astronómicos.

El edificio central del Ávila Stellarium y los Miradores Astronómicos configuran una estructura que se despliega a lo largo del eje N_S cuyo centro coincide con el centro del círculo estelar, lugar ocupado por el Sol, que es el centro del Sistema Solar. Este centro del Ávila Stellarium  es el centro de los ejes de coordenadas N_S y E_O así como del Sistema Solar a escala 1:10.000.000, que permite incluir a la órbita de Plutón dentro de la zona visitable no arbolada de la Finca El Colmenar. Este centro permite además representar la eclíptica o trayectoria aparente del Sol a lo largo de un año, que contiene además la órbita de la Luna y de la mayor parte de las órbitas de los planetas del sistema solar que discurren muy próximas a la misma.

Todos los elementos del Sistema Solar a Escala desplegados por el territorio permiten abordar el proyecto paisajístico del Ávila Stellarium a través de las “señales” líticas, de la red imaginaria que se materializa con recursos protohistóricos como un homenaje que tienen su origen en la Edad de los Metales y la Cultura de La Tène.

Los Objetos Astronómicos completan el Jardín Astronómico Laguna Grande que se recorre por el Sendero Astronómico del Ávila Stellarium, que tiene su origen en la explanada de recepción y aparcamiento, donde se sitúa el Icono Ávila Stellarium, y jalonar el edificio principal, los Miradores , la Eclíptica, y las órbitas planetarias del sistema Solar a Escala.

Licitación convocada por Diputación de Ávila.

Fernando Visedo Manzanares

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Fernando Visedo

Reflexiones y pensamientos acerca de la arquitectura social , el urbanismo y steelframing

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